Chapter 17 del Libro de las Respuestas
Comencemos reafirmando que la Palabra de Dios sin duda revela,
en los términos más claros posibles, que todo el globo
terráqueo fue inundado con un cataclismo violento de agua: el
Diluvio. Todos las criaturas terrestres que respiraban aire y no
estaban en el Arca perecieron, y el mundo fue poblado nuevamente
por aquéllos que estaban en el Arca.
Los escépticos pintan un cuadro de Noé llendo a países
remotos del Medio Oriente para recoger animales como canguros y
koalas de Australia, y kiwis de Nueva Zelanda. Sin embargo, la Biblia
declara que los animales vinieron a Noé. Él no tuvo
que reunirlos (Génesis 6:20).
Tampoco sabemos cómo era la geografía del mundo antes del Diluvio. Si sólo había un continente en ese momento, las preguntas acerca de conseguir animales de regiones remotas para el Arca no son relevantes (ver capítulo 11).
Existen limitaciones prácticas grandes para poder entender
el cómo y el porqué de algo que sucedió una
vez, que no se registró en detalle y que no puede ser repetido.
Las dificultades en nuestra habilidad para explicar cada situación en detalle son resultado de nuestro entendimiento limitado. No podemos regresar en una máquina del tiempo para revisar lo que ha pasado, y nuestras reconstrucciones mentales de cómo era el mundo después del Diluvio serán, inevitablemente, deficientes. Debido a esto, los patrones de migración animal post-Diluvio presentan algunos problemas y desafíos a la investigación para el modelo de Creación Bíblica. Sin embargo, existen claves de varias fuentes que sugieren respuestas a las preguntas.
Cuando el Krakatoa hizo erupción en 1883, el remanente de la isla permaneció sin vida por algunos años, pero eventualmente fue colonizada por una sorprendente variedad de criaturas, incluyendo a más que insectos y lombrices de tierra; sino aves, lagartos, culebras y unos cuantos mamíferos. Uno no hubiera esperado que esta variedad sorprendente de criaturas cruzara el océano, pero obviamente lo hicieron. Aunque estas eran casi todas más pequeñas que algunas de las criaturas que discutiremos aquí, esto ilustra los límites.
Los evolucionistas reconocen que hombres y animales pudieron haber
cruzado alguna vez con libertad el Estrecho de Bering, que separa
a Asia de las Américas.1 Antes de que la idea de la deriva
continental se hiciera popular, los evolucionistas dependian enteramente
de un descenso del nivel del mar durante una edad de hielo (que
encerró el agua en el hielo) para crear puentes de tierra,
permitiendo un pasaje de tierra seca desde Europa, en casi todo
el camino, hasta Australia, por ejemplo.
La existencia de algunos tramos abajo de la superficie del agua
a lo largo de la ruta a Australia es consistente con esta explicación.
Los mismos geólogos evolucionistas creen que han habido levantamientos
tectónicos, acompañados por levantamientos y caídas
sustanciales de los fondos oceánicos, en el periodo de tiempo
que asocian con una edad de hielo. Por ejemplo, se cree que partes
de California fueron levantadas varios miles de metros de lo que
era el fondo oceánico durante este periodo glacial, que ellos
llaman Pleistoceno (uno de los supuestos periodos geológicos
más recientes). Los geólogos creacionistas generalmente
consideran los sedimentos del Pleistoceno como post-Diluvio, el
periodo en el cual se dieron estas migraciones.
De la misma manera, otras áreas de tierra seca, incluyendo
partes de estos puentes de tierra, we sumergieron en este tiempo.2
Existe la creencia equivocada que los marsupiales se encuentran
sólo en Australia, apoyando por ende la idea que debieron
haber evolucionado allí. Sin embargo, marsupiales vivos como
las zarigüeyas también se encuentran en Norte y Sudamérica,
e inclusive se han encontrado fósiles de marsupiales en cada
continente. Asímismo, anteriormente se pensaba que las monotremas
eran únicamente de Australia, pero el descubrimiento en 1991
de un diente de ornitorrínco fósil en Sudamérica
conmocionó a la comunidad científica.3 Por lo tanto,
puesto que los evolucionistas creen que todos los organismos vienen
de un ancestro común, la migración entre Australia
y otras áreas debe concederse como posible por todos los
científicos, ya sean evolucionistas o creacionistas.
Los creacionistas creen que sólo hubo una edad de hielo después, y como consecuencia, del Diluvio. El bajo nivel del mar en ese tiempo hizo posible para los animales migrar sobre puentes de tierra por siglos. Algunos creacionistas proponen una forma de división continental después del Diluvio, en los días de Peleg. Igualmente se necesitarían varios siglos para que los animales se dispersaran, y en esta instancia sin la necesidad de puentes de tierra. Sin embargo, la división continental en el tiempo de Peleg no es aceptado ampliamente en los círculos creacionistas.
¿Cómo atrvesaron los animales el largo camino desde
la región del Ararat? Aunque ha habido reportes aislados
de animales individuales realizando impresionantes jornadas de cientos
de kilómetros, tales habilidades no son necesarias. Los primeros
pobladores liberaron un pequeño número de conejos
en Australia. Ahora se encuentran conejos salvajes a cada rincón
de este país tan grande. ¿Significa eso que un conejo
individual tenía que ser capaz de cruzar Australia? Por supuesto
que no. A los conferencistas creacionistas a veces se les pregunta
burlonamente, ¿Acaso el canguro saltó todo el
camino hasta Australia? Vemos por el ejemplo del conejo que
esta es una pregunta algo tonta.
Las
poblaciones de animales pudieron haber tenido siglos para migrar,
relativamente despacio, durante muchas generaciones. Incidentalmente,
la pregunta opuesta (también común), que si los dos
canguros saltaron todo el trayecto desde Australia hasta el Arca,
es fácilmente contestada. Los continentes que ahora tenemos,
con su carga de roca sedimentaria depositada por el Diluvio, no
son los mismos a los continentes o continente que hayan podido haber
en el mundo pre-diluviano.
También carecemos de información sobre cómo
estaban distribuidos los animales antes del Diluvio. Los canguros
(como es cierto para cualquier otra criatura) pudieron no haber
estado en una masa terrestre aislada. Génesis 1:9 sugiere
que pudo haber una sola masa de tierra. (Júntense las
aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase
lo seco como lo vimos en los capítulos anteriores)
Por todo lo que sabemos, los canguros pudieron haber estado alimentándose
tan cerca de Noé como a un tiro de piedra, mientras él
construía el Arca.
Se podría preguntar, si las criaturas estaban migrando hacia
Australia durante un largo periodo de tiempo (cuyo recorrido habría
incluído lugares como Indonesia, presumiblemente) ¿por
qué no encontramos sus fósiles en la ruta a esos paises?
La fosilización requiere, como regla, un entierro repentino (como en el Diluvio) para prevenir la descomposición. Los leones vivían en Israel hasta hace poco. No encontramos fósiles de león en Israel, pero eso no nos impide creer los reportes históricos sobre su presencia. Los millones de bisones que una vez habitaron los Estados Unidos de América virtualmente no dejaron fósiles. ¿Por qué entonces debería ser una sorpresa que pequeñas poblaciones, presumiblemente bajo presión de migración por parte de competidores y/o depredadores, y por ende viviendo en una sola área por unas pocas generaciones a lo máximo, no dejaran fósiles?
Otro
asunto es por qué ciertos animales (y plantas) se encuentran
únicamente en un lugar. ¿Por qué la especie
X se encuentra sólo en Madagascar y la especie Y sólo
en Seychelles? Muchas veces, las preguntas sobre esto son dichas
de manera que indican que el interrogador cree que esto significa
que la especie Y se dirigió a una dirección, y nunca
migró a otra parte. Siendo esto posible, no es del todo necesario.
Todo lo que la situación actual indica es que estos son ahora
los únicos lugares donde X ó Y sobreviven aún.
Los ancestros de los canguros pudieron haber establecido poblaciones
hijas en diferentes partes del mundo que estén extintas el
día de hoy. Quizá aquellos marsupiales sobrevivieron
en Australia porque migraron allí antes que los mamíferos
de placenta (no estamos sugiriendo otra cosa que procesos al
azar y fueron aislados luego de estos otros, y por lo tanto
protegidos de competencia y depredación.
Palm Valley en Australia central posee una especie única
de palma, Livingstonia mariae, que no se encuentra en ningún
otro lugar en el mundo. ¿Significa que las semillas de esta
especie necesariamente flotaron hasta este pequeño lugar?
No. Los modelos actuales del clima post-Diluvio indican que el mundo
es mucho más seco ahora de lo que era en los primeros siglos
después del Diluvio. Los mismos evolucionistas concuerdan
que en tiempos recientes (por estándares evolucionistas),
el Sahara era exhuberante y verde, y Australia central (que ahora
es desértico) tenía un clima húmedo y tropical.
Por todo lo que sabemos, la palma Livingstonia mariae pudo haber
estado diseminada por toda Australia, quizás aun en lugares
que ahora son secos, como partes de África.
La palma ha sobrevivido en Palm Valley porque allí sucede
que está protegida de la sequía que afectó
el resto de los vastos alrededores de Australia central. En todas
las otras partes, se murió.
Incidentalmente, este concepto de vegetación cambiante con
clima cambiante debería tenerse en mente cuando se considera
la migración animal post-Diluvio: especialmente por las
objeciones (y caricaturas) que pueden presentarse. Por ejemplo,
¿cómo pudieron criaturas que hoy necesitan un ambiente
de selva húmeda cruzar miles de kilómetros de desierto
en el camino hacia donde ahora viven? ¡La respuesta es que
no había un desierto en ese entonces!
Algunos problemas son más difíciles de solucionar.
Por ejemplo, hay criaturas que requieren condiciones especiales
o una dieta muy especializada, como el panda gigante de la China
o el koala de Australia. No sabemos, por supuesto, que las ramas
de bambú o las hojas de eucalipto4 no florecían por
entonces a lo largo de todos sus senderos de migración respectivos.
De hecho, esto pudo haber influenciado la dirección que tomaron.
Pero, en cualquier caso, existe otra posibilidad. Una necesidad
de condiciones únicas o especiales para sobrevivir puede
ser resultado de la especialización, un cambio cuesta abajo
en algunas poblaciones. Eso es, puede resultar de una perdida en
la información genética. Un buen ejemplo: las razas
modernas de perros, seleccionadas por el hombre (aunque las condiciones
naturales también lo pueden hacer), que son menos resistentes
en el bosque que sus ancestros cruzados. Por ejemplo,
el San Bernardo carga con un defecto mutacional, una tiroides hiperactiva,
lo que significa que necesita vivir en un ambiente frío para
no sobrecalentarse.
Esto
sugiere que los ancestros de tales criaturas, cuando salieron del
Arca, no eran tan especializados. Por lo tanto eran más resistentes
que sus descendientes, que llevan sólo una porción
de la partida original de genes de información.5 En otras
palabras, el ancestro del koala pudo haber sobrevivido en un rango
mucho más grande de vegetación. Tal explicación
ha sido posible con los conocimientos biológicos modernos.
Quizá a medida que el conocimiento se incremente, algunas
de las dificultades que quedan serán menos.
Tales cambios no requieren largos periodos de tiempo para animales
bajo presión migratoria. La primera población formada
tendería a dividirse en poblaciones hijas, llendo en diferentes
direcciones, cada una llevando una porción de los genes de
la pareja original que salió del Arca.
Y algunas otras la población se extinguiría eventualmente.
Algunas veces toda menos un tipo especializado. Donde todos los
sub-tipos sobreviven y proliferan, encontramos la tremenda diversidad
vista entre algunos grupos de criaturas que aparentemente se derivan
de un género creado. Esto explica por qué algunas
especies obviamente relacionadas se encuentran muy distantes la
una de la otra.
El perezoso, una criatura de movimientos muy lentos, parecería
requerir mucho más tiempo del que la Escritura permite para
hacer el viaje desde Ararat hasta su hogar presente. Su condición
actual también es explicable por un proceso evolutivo similar.
Sin embargo, para dar cuenta de la distribución actual de
animales, los mismos evolucionistas han tenido que proponer que
ciertos primates han cruzado cientos de kilómetros de océano
abierto en grandes balsas de vegetación enmarañada
arrancada en las tormentas.6 De hecho, recientemente se documentó
que algunas iguanas viajaron cientos de kilómetros de esta
manera entre islas en el Caribe.7
La Biblia sugiere un patrón de dispersión de animales
y humanos después del Diluvio que da cuenta de la distribución
de fósiles de simios y humanos, por ejemplo. En los depósitos
post-Diluvio en África, los fósiles de simios se encuentran
debajo de los fósiles humanos. Los evolucionistas afirman
que esto se dio porque los humanos evolucionaron de los simios,
pero existe otra explicación. Los animales, incluyendo los
simios, habrían comenzado a dispersarse sobre la Tierra justo
después del Diluvio, mientras la Biblia indica que la gente
rehusó a hacerlo (Génesis 9:1, 11:1-9). La dispersión
humana no empezó hasta Babel, unos cientos de años
después del Diluvio. Ese retraso habría significado
que algunos fósiles de simios se encontrarían consistentemente
debajo de fósiles humanos, pues las personas habrían
llegado al África después de ellos.8
Puede que nunca sepamos la respuesta exacta para cada una de estas
preguntas, pero ciertamente uno puede ver que los problemas son
mucho menos formidables de lo que pueden parecer al principio.9
Cuando se une toda la evidencia Bíblica, geológica,
y antropológica para el Diluvio de Noé, es justificado
considerar el relato del Génesis sobre los animales dispersándose
desde un punto central como perfectamente razonable.10 Y no sólo
eso, pues el modelo Bíblico provee un excelente marco de
trabajo para el estudio científico de estas preguntas.