ReG en Argentina ofreciendo respuestas a un mundo en dolor

por Joe Owen

En Respuestas en Génesis, escuchamos a nuestro fundador y director ejecutivo, Ken Ham decir una y otra vez cómo Génesis 1-11 nos da la base histórica para todas las doctrinas cristianas, ya sea directa o indirectamente. Es muy atrevido hacer una declaración tan audaz, no obstante, nunca la he visto refutada con éxito. ¿Realmente se puede encontrar todas las respuestas a la gran cantidad de preguntas existenciales del hombre en esta era posmoderna dentro de los escritos que muchos consideran provienen de un mundo de antigüedad? En otras palabras, ¿puede la Palabra de Dios dada en la antigüedad resistir la marca de ser anticuada? La respuesta es un rotundo sí.

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Recordé esto nuevamente en septiembre de 2018. El profesor Stuart Burgess (ReG UK) y yo recientemente tuvimos una exitosa conferencia en Córdoba, Argentina. Después del primer día de largas conferencias, dos señores mayores se me acercaron. Lo que no sabía entonces es que uno era miembro de nuestra iglesia anfitriona y el otro era un amigo incrédulo que fue invitado. El amigo incrédulo se me acercó de tal manera que percibir que una conversación muy interesante iba a tomar lugar. Pude leer su lenguaje corporal lo suficiente como para ver que aparentaba estar molesto. Después de estrechar su mano para saludarlo, no perdió tiempo en preguntarme directamente: "¿Por qué un Dios amoroso permite el mal y el sufrimiento?"

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Vamos a hacer una pausa rápida antes de continuar. Tengo el privilegio de hablar en más de 40 conferencias al año en América Latina y los Estados Unidos en iglesias, escuelas, seminarios, y universidades evangélicas y seculares. No importa a dónde vaya, esta es la pregunta más común que recibo y la respuesta, sin importar en qué contexto se plantee, es la misma. El rango de edad suele ser entre 18-35 (más o menos) y muchas veces se sigue con la falacia del hombre de paja. Una observación contra Dios que probablemente aprendieron en la universidad, amigos o de algún meme en las redes sociales.

En estos casos, muchas veces las personas no parecen apreciar la respuesta (al menos por lo que puedo decir al responder), pero en este caso, este hombre parecía estar pidiendo genuinamente una respuesta a muchas de sus propias experiencias. Dudo mucho que hombres y mujeres de más de ochenta años se desplacen en Facebook durante horas al día y escuchen a los milenarios escupir sus sofismas prestados en un intento de degradar a Dios. No, estas personas han vivido guerras, necesidades, enfermedades, la muerte de seres queridos y muchos otros días difíciles en los que muchos otros solo han sonreído durante las recreaciones románticas en los cines mientras disfrutaban de las palomitas de maíz con mantequilla. Por lo tanto, aunque sabía que la respuesta a este hombre amable pero angustiado sería la misma que para los estudiantes universitarios, tenía que apartarlo y responderle con mucha paciencia y empatía.

Por eso me encanta la apologética presuposicional.

Por eso me encanta la apologética presuposicional. No tengo que filosofar sobre los argumentos lógicos del sufrimiento desde una plataforma superficial solo para seguir, como parte del deber cristiano, con un intento de encontrar una manera de conectarlo con los escritos de las Escrituras. En otras palabras, no tengo que minimizar la perversidad del sufrimiento con respuestas ingeniosas hechas por el hombre, que generalmente se utilizan para que el hablante parezca más inteligente al responder que para aliviar el anhelo y contestar la pregunta existencial del interrogador. Cuando tomamos una posición sobre la autoridad de la Palabra de Dios desde el primer verso, podemos utilizar la apologética sin tener que pedir disculpas, sin tener que justificar primero a Dios (teodicea) mostrando en Su propia Palabra quién realmente es injusto es usted y yo en nuestro padre Adán.

Después de pasar unos 20 minutos caminando con este hombre a través de los primeros capítulos de Génesis, me extendió su mano para despedirse y cerró sobre la mía su otra mano mientras sonreía y me daba las gracias. En ese momento, recuerdo haber pensado: "¡No se cierre, no se aísle! ¡Por favor, dígame dónde se opone a esto y continuemos dialogando!" Pero pude ver que él terminó con la conversación. No pude evitar sentirme decepcionado al ver a los dos hombres salir por la puerta trasera de la iglesia.

A la mañana siguiente, cuando el profesor Burgess y yo llegamos para continuar la conferencia, el otro hombre de la noche anterior (el que es miembro de la iglesia anfitriona) se acercó a mí y me dio las gracias por hablar con su amigo. Me dijo que su amigo no era creyente y que estaba enojado con Dios por la muerte de su hijo. Continuó: “Salimos juntos hacia el estacionamiento anoche y se echó a llorar. Y me dijo que ahora él entiende y cree.” Solo puedo esperar que su creencia no sea solo en Dios y en la comprensión de la culpabilidad del hombre, sino en que ambos crean en el Cordero Sacrificado de Dios que murió y resucitó, para remediar nuestro mal y culpa.

Este mundo está haciendo preguntas. La Biblia tiene las respuestas y no comienzan con Juan 3:16, sino en Génesis 1:1.

Este mundo está haciendo preguntas. La Biblia tiene las respuestas y no comienzan con Juan 3:16, sino en Génesis 1:1. Para aquellos de nosotros que estamos en Cristo, esta vida terrenal es nuestra única oportunidad de vivir antes de estar con Él por la eternidad. Debemos recordarnos constantemente del hecho de que, en este lado de la eternidad, nunca será popular apoyarse por completo en la Biblia cuando responda a las preguntas dentro de las complejidades de este mundo oscuro y confuso. Dios nos ayude a recordar que nunca superaremos la sabiduría de Cristo, por lo tanto, respondamos estas preguntas como embajadores de Cristo (2 Corintios 5:20) siempre de la misma manera que Él lo hizo: “Escrito está..." Y demostremos con nuestras vidas a este mundo que creemos en esto.

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